Opinión

Deuda, Quitas y Desahucios‏

Artículo de opinión de Honosrio Cadarso

Los medios informativos revelan que el Estado español está a punto de alcanzar la cota del 100% del PIB en su Deuda pública, y ha rebasado ya el Billón de euros. En 2011 estábamos en el 70,50% de deuda respecto al PIB, en 2012 la deuda creció hasta el 86%, en 2013 hasta el 94%, hoy estamos al 98,9%, y el 100% nos espera a la vuelta de la esquina.

Al ritmo que vamos, muy bien podría producirse un Desahucio como ocurre a los inquilinos que no pagan la renta, y podrían venir los Cascos Azules de la ONU a echarnos de nuestro país, que sería ocupado por nuestros acreedores...Es un decir, perdonen la ocurrencia... 

El caso es que desde esa organización novedosa y un tanto antisistema de Podemos se habla con toda seriedad de que "será muy complicado que España, al igual que otras economías periféricas, salga de la crisis, sin una reestructuración de la deuda que conduzca a quitas". Dicho por Nacho Alvarez, economista de referencia de Podemos, en el periódico El Mundo. O sea, que no hay más salida que negociar con nuestros prestamistas una rebaja de la deuda y dee las condiciones de pago.

El caso es que ante el "palabro" ese de la "quita", el coro de los partidarios del sistema y portavoces de los partidos del bipartidismo ponen el grito en el cielo y nos asustan con el fantasma de los bolivarianos, de las miserias de Ecuador y Venezuela...Y otra vez el mismo economista de referencia de Podemos replica que en España "se está negando un debate honesto y plural sobre las distintas alternativas económicas".

Desde los tiempos de la Tatcher y el Reagan, se ha impuesto en el mundo el neoliberalismo: las grandes fortunas, los grandes bancos, los de Wall Street y la City de Londres y el FMI,  deciden cómo tiene que funcionar la economía, qué intereses deben pagar los que solicitan un crédito, qué ventajas tiene que tener la economía alemana y qué desventajas las economías periféricas.

Y para más Inri, van los grandes partidos y cambian la Constitución para garantizar el pago de las deudas que les son impuestas al Estado por el capitalismo internacional, por delante y por encima de las necesidades mínimas de la población, del mantenimiento del estado de bienestar.

Y en estas estamos: la deuda crece a un ritmo de caballo desbocado, y al ritmo que llevamos, si no se pone remedio, nos desahuciarán de nuestro país...

Uno no entiende mucho de estas cosas. Pero uno desearía que nuestros pensadores, economistas y políticos se dedicasen menos a lamentar lo que ocurre y a criticar las propuestas que surgen y más a proponer salidas a este callejón sin salida en que nos están metiendo.