Opinión

Obama, Putin, Bergoglio

Artículo de opinión Honorio Cadarso Que nada, que he soñado esta noche que se reunían en Damasco, capital de Siria, el Obama, el Putin, y el Papa Francisco, y decidían cambiar el ataque de los americanos a Jafez El Asad por unas cuantas noches de fuegos artificiales, dragones chinos y fallas valencianas para celebrar la paz entre cristianos occidentales y musulmanes petroleros... !Menos mal que la pesadilla termina bien! ¿a quién se le ocurre apagar un fuego con más fuego, añadir más guerra a una guerra que cuenta ya entre muertos y exiliados a millones de ciudadanos y niños indefensos?

Pues al gran líder de Occidente, Barack Obama, con el visto bueno de casi todo el G-20, incluído nuestro Rajoy; con la consabida réplica del Putin ruso, que aspira a liderar o patrocinar a los países árabes, y promete ayudar a los del otro bando, los de Jafez El Asad... Y menos mal que el Papa Bergoglio ha organizado una vigilia de oraciones por la paz a la que se han adherido mezquitas y creyentes musulmanes...

Que por cierto, el Papa Bergoglio haría bien en barrer su propia casa llamada iglesia de Jesucristo; porque malas lenguas comentan por esas redes sociales que una de las empresas más prósperas en el mercado mundial de armas, la italiana Beretta Holding S.A., está financiada por la banca del Vaticano, la IOR. Lo cual podría no ser del todo cierto, pero de todos modos la industria de la guerra es una de las más boyantes y rentables del mundo actual, y uno tiene derecho a suponer que los inversores de la Banca Vaticana invierten allá donde hay más margen de beneficio, como cualquier capitalista...

Es como lo de esos Juegos Olímpico-nucleares que nos van a montar para el año 2020 al lado de Fukushima, que de repente todos los atletas y deportistas del mundo van a pasar de un viajecito al país de las favelas, a dar un poco de alegría y entretenimiento a los suburbios de Rio de Janeiro, a tomar baños de energía nuclear y beber agua contaminada con los desechos de Fukushima y comer pescado nuclear...

Que cuanto mejor que se hubiesen quedado en Estanbul con los turcos entre tercermundistas y emergentes, ese noble pueblo mitad musulmán mitad cristiano, mitad europeo mitad asiático, con su plaza Taxhim y su Bósforo, con sus oriundos Ozil y Khedira y tantos otros futbolistas que triunfan en Europa...

O si no, ¿por qué no? en Madrid, la capital mundial de las privatizaciones sanitarias, de la corrupción y el desempleo, la mantilla y la pandereta... Pero en fin, este es el mundo que nos ha tocado vivir, si no le ponemos remedio.