Euskadi

Marinaleda en Donosti

No todos los que se acercaron a la sala Lugaritz de Donostia pudieron escuchar a Juan Manuel Gordillo. Y bien que lo sienten los organizadores de Ezkerra-Berdeak. Aún así, hubo gente que escuchó al poeta, que ha ejercido ayer de sus otras ocupaciones como sindicalista y político.

Algo más de ochenta personas abarrotaron el pequeño local (nunca vimos filas tan cercanas las unas de las otras, ni tanto silencio para escuchar, casi beber, las palabras de un orador) que se llenó de preguntas. Y respuestas hechas carne.

Tras la presentación de la ex senadora de IU Isabel López Aulestia, se abrió una ronda de preguntas, la mejor rueda de prensa. Marinaleda como alternativa, cárceles, hasta cuándo la crisis, cómo cambiar de verdad las cosas, es sólo la izquierda quien quiere hacer un ser humano distinto y más auténtico, los presos de ETA, la Europa de los pueblos.

Haciendo esperar a los funcionarios para cerrar Lugaritz, la gente declaró su admiración por Gordillo -¿hay más Gordillos en Marinaleda?- y le pidieron que vuelva en cuanto pueda a Euskadi. Porque luchar, lo que es luchar por los Derechos Humanos y contra el Capitalismo, saben que va seguir haciéndolo.

Para despedirle como merece de Euskalherria, se organizó una cena en una sociedad donostiarra.