Opinión

Propuestas Chatarra

Las recientes elecciones municipales nos han deparado un cambio de gobierno. Todo cambio supone una regeneración y nuevas prioridades .

Lo que me preocupa, antes de nada, son las formas en que se tomarán esas decisiones. Una característica que tiene el ser humano es que a fuerza de repetir un comportamiento, este se convierte automáticamente en la única forma de realizarlo y va acomodándose en nuestros genes.

En nuestra clase política dirigente hay comportamientos reiterados que merecen una calmada reflexión.Me refiero a la forma en la que se toman muchas de las decisiones municipales. Hay muchos ejemplos en el pasado de que la improvisación y las ocurrencias son desgraciadamente características profundamente arraigadas entre nuestros dirigentes políticos. Aquí no hay colores, es un gen compartido por todos. Son propuestas sin un análisis previo, sin atenerse a la lógica, sin medir las consecuencias.

Esta forma de actuar lleva siempre a obtener resultados no previstos o indeseados, a tener que cambiar la propuesta sobre la marcha, a derrochar recursos públicos y a una decepción generalizada entre la ciudadanía. También debería suponer la pérdida de credibilidad de estos políticos ante los medios de comunicación y ante los vecinos, pero todavía no se conoce ningún caso en que esto haya sucedido. Es más, estoy convencido que hasta se valora positivamente estos atrevimientos. A veces se producen carreras de ocurrencias de unos y otros para no perder su espacio de gloria mediática, a sabiendas que no habrá fiscalización social.

Hemos llegado al absurdo de valorar más la cantidad de propuestas de cada político, que la oportunidad y elaboración de cada una de ellas. Esto me recuerda mi época siderúrgica dónde se pagaba una prima por tonelada de tubo de acero producido, aunque fuese a la chatarra por no haberse elaborado con los niveles de calidad exigibles. Transcurridos unos años el sistema cambió lógicamente. Se premió la producción de tubos que no íban a la chatarra, los que cumplían las exigencias de nuestros clientes. Se consiguió gastar menos y ganar más.

No ha habido que esperar los 100 días de gracia al nuevo gobierno para saber si los comportamientos han cambiado. Los genes son difíciles de controlar y recién tomada la makila municipal, la primera chatarra, “el Ayuntamiento avalará el préstamo para el Alaves”. Ahí queda eso. Haber quién lo mueve. Lo de menos, como siempre, es saber la viabilidad jurídica y económica de la propuesta, porque lo que se prima es la producción y no la calidad. (Recuerdan que era una irregularidad juríca).

De nuevo, lo viejo, lo de siempre. Los genes de la cabra siempre la tiran al monte, a nuestros dirigentes políticos a la chatarra.