Opinión

Ere al sector rural

En el siglo XIX, la Desamortización de Mendizabal entregó a los terratenientes las tierras de los pequeños campesinos, los comunes de los municipios y las propiedades de la iglesia. Luego la República de 1936 intentó entregar las tierras a los que las cultivaban, y Adolfo Suárez devolvió a los baserritarras renteros la propiedad de los caseríos que trabajaban. Hoy, con la Unión Europea, la crisis y la PAC, eso que llaman Política Agraria Común, las tierras vuelven a manos de los grandes terratenientes y a las de las gran cadenas de supermercados, con generosas ayudas a esos grandes capitales. Dicen que a nivel de Europa, la terrateniente que más ayudas recibe de la PAC es la Reina de Inglaterra. Y aquí, entre nosotros, las cosas siguen el mismo rumbo. Ese rimbombante nombre de PAC, está a punto de certificar el fallecimiento definitivo del sector rural español, en el que ya solo está inscrito el 5% de la población activa del Estado.

El último acuerdo de la Unión Europea recorta en un 13% las ayudas al sector agrario. Pero lo más grave no es eso, de esas ayudas, el 75% se lo siguen llevando el 16 % de los beneficiarios, el otro 25% se reparte entre el resto de los 910.000 beneficiarios de la PAC, de los cuales una mínima parte son cultivadores directos. De manera que una empresa familiar agraria puede llegar a percibir apenas 500 euros de ayuda por año... Y ahora, tomen ustedes nota de los beneficiarios más favorecidos por la PAC en el año 2011: Según la asociación Veterinarios sin fronteras, cuatro cadenas de Supermercados, Mercadona, Lidl, Alcampo y Carrefour figuran entre los beneficiarios destacados.

Este detalle, si tenemos en cuenta que del precio que pagamos por un litro de leche el productor solo percibe alrededor de un 1%, el 29% la industria enbotelladora y el 70% la distribuidora, explica muy bien la ayuda que recibe el campesino de la PAC y la que reciben los otros beneficiarios... El que más dinero recibió es Zumavesa, con 10 millones de euros en 2011 y 6,9 en 2010. Pastas Gallo recibe 7,4 millones de euros.

La Casa de Alba recibió más de 2 millones de euros; Domecq Wines, una empresa relacionada con el ministro de agricultura Arias Cañete, cuya esposa es Micaela Domecq, recibió 896.659 euros. Y otras bodegas como Vega Sicilia, Osborne, González Byass, Codorníu, rrecibieron ayudas parecidas... En resumen, una lista de Cadenas de supermercados, Grandes Terratenientes, Bodegas de tronío y comercializadoras de productos agrarios, se han llevado la parte del león en el reparto, y van a seguir haciéndolo.

La reforma aprobada este mes de junio prevé también mayores facilidades para la entrada en Europa de productos agrícolas de terceros países como Marruecos y otros, medida que no favorecerá precisamente a los trabajadores del campo de esos países tercermundistas, sino a las grandes empresas agroalimentarias que podrán producir pagando unos salarios mucho más bajos que los que tendrían que pagar en Europa.

Mientras tanto, hemos pasado de 140.000 explotaciones lácteas en 1994 a 23.000; mientras tanto, el agricultor que es agricultor de verdad tiene que abandonar su trabajo por ruinoso, el campo se queda desierto, los pueblos pequeños se hunden,y los campos resecos están a punto de arder en los calores del verano como una inmensa hoguera de San Juan.

A pesar de todo, nuestro ministro de agricultura Arias Cañete ha hecho grandes elogios del nuevo programa engendrado en Bruselas en junio, alardea de que ya no habrá dinero de la PAC para construir aeropuertos y campos de golf. !Menos mal! Quizá se acuerden ustedes de aquella novela del aragonés Ramón J. Sender: "Requiem por un campesino español" y la película a la que dió origen. Todo aquello se lo imaginó RamónJ. Sender como resultado de una Guerra civil, la de 1936. Ahora, la novela imaginada se vuelve realidad, no por culpa de una guerra civil, sino por obra y gracia de una política errática de la Unión Europea y de unos gobiernos que han vuelto las espaldas al sector agrícola, una de las grandes riquezas de nuestra península y de nuestra Euskadi.

Honorio Cadarso Cordón