Opinión

La mala suerte del planeta Tierra. El Fracking

En los primeros años de la Presidencia de Obama, el mandatario americano destacaba en sus entrevistas su visión de invertir en energía verde y, como consecuencia de ello, impulsó un Plan de Recuperación Económica para “ganar la carrera en una economía basada en las energías limpias” como una alternativa para que el país no dependiera tanto del petróleo extranjero.

El cambio vino a partir de 2009 porque Estado Unidos vio que no tendrían que importar gas natural, cuando sólo un año antes preveían seguir aumentando las importaciones. Según sus nuevas cuentas, la futura producción de gas y petróleo no convencionales podría permitir a Estados Unidos ser en 13 años energéticamente independiente. Este cambio ha sido posible por la revolución tecnológica conocida como fracking, que permite explotar yacimientos de gas no convencional antes de difícil extracción. Una revolución no tan fácil de aplicar en Europa, donde las formaciones de probable explotación, hasta ahora conocidas, son de acceso más complicado.

Así, Estados Unidos y con él los países “neocolonizados por inversión”, como el Estado español, están dejando de apostar por las energías alternativas y se vuelven a la explotación, dañina para el medio ambiente y la salud, de energías de las que controlan su propiedad, explotación y distribución.

Prioridades

La reducción de emisiones contaminantes debería ser una prioridad, pero ya no lo es. A la larga nos cargamos el planeta, mientras que, a corto plazo, tendremos más energías contaminantes para seguir creciendo. Pero esto a los políticos, sujetos a los grandes lobbys de la energía, les preocupa entre bien poco y nada. En el Estado español se han suprimido las ayudas a las energías renovables, con excusas peregrinas, cuando hemos sido un país claramente bien posicionado para desarrollar este tipo de energía no contaminantes. En tecnología ya desarrollada, en empresas muy fuertes y en el clima idóneo, que también cuenta.

Hemos estado entre los cinco principales países inversores en renovables y, según un informe de Greenpeace, la energía solar podría abastecer siete veces la demanda eléctrica española en 2050. Pero nada de eso cuenta si podemos explotar los yacimientos de gas convencional sin importar el coste, y todo porque las cinco empresas que controlan el sector no saben cómo vendernos el sol, pero sí saben como gestionar un recurso fósil.

Previsiones de futuro advertían de que a medida que el petróleo se agotase y los fenómenos climáticos y políticos se agravasen en el mundo, muchas transformaciones se acelerarían en materia de mejor aprovechamiento de la energía. Sin embargo, esta nueva forma de explotar las energías fósiles aumentará el calentamiento global del planeta y retrasará el desarrollo de las tecnologías limpias, que podrían salvarnos de la debacle ambiental y de la política.

Mala suerte para el planeta por albergar unos seres tan inteligentes tecnológicamente y tan tontos como para no saber cuidar a la “Pachamama”.

 

Rdo.: José Navas Amores

Miembro de la Ejecutiva Permanente de Ezker Batua Berdeak