Opinión

Nosotros y China

Artículo de opinión de Honorio Cadarso

En estos tiempos de globalización, cada vez más inmigrantes se asientan entre nosotros, y cada vez más jóvenes buscan trabajo en cualquier país del mundo, y más empresas vascas se instalan en otros continentes. Es tiempo de desmontar prejuicios y tópicos, de conocer de primera mano a los que nos visitan y las oportunidades de trabajo que podemos encontrar aquí o allá. Hoy por hoy, China es al mismo tiempo la gran oportunidad de intercambios en ambas direcciones, y la gran desconocida de la que tenemos unas ideas muy confusas, viejas y equivocadas.

53 millones de chinos hicieron turismo por el mundo en 2012, 8 veces más que en el año 2000, y dejaron en sus viajes al extranjero 74 millones de euros. En China se ha puesto de moda viajar, porque a muchos de ellos les sobra el dinero, y se calcula que en el año 2015 serán 100 millones de turistas chinos, y en el 2020 150 millones. España recibió en 2013 solamente a 112.00 turistas chinos, muy por detrás de Inglaterra, la más visitada, o de Francia. China está viviendo un boom inmobiliario, Internet está generando grandes negocios, 168 ciudadanos chinos figuran entre los multimillonarios del mundo, y 6 millones de chinos ingresan al año más de 50 millones de dólares. Los multimillonarios y millonarios chinos buscan por el planeta oportunidades de invertir su dinero, pero nuestro país apenas cuenta en los planes de inversión de los ricos de China.

Apenas algunos negocios conjuntos del Santander con bancos chinos, apenas alguna compra de inmuebles en España, una cierta querencia de magnates chinos por venirse de compras a los comercios más caros de Barcelona... Se cifran en 12.600 millones de dólares las inversiones de capital chino en Europa en el año 2013, cinco veces más que en 2010. Pero una vez más nuestro país está a la cola de los planes de inversión chinos en el Viejo Continente. Está quedando atrás, por falso y sin fundamento, el prejuicio de que el "made in China" no es garantía de calidad, sino todo lo contrario.

Los chinos trabajan bien y producen calidad, y los mercados están dándose cuenta de ello. Empresas de aquí de asesoramiento en ingeniería, arquitectura y otras ramas industriales trabajan en China y gozan de gran prestigio. La compañía de transporte de viajeros Alsa está sólidamente instalada en China. Fagor tiene en China plantas de fabricación, Telefónica colabora con empresas de telefonía móvil chinas. Desde el gobierno chino se asegura que 600 millones han salido ya de la pobreza, y los 100 millones de pobres que quedan saldrán de apuros en las próximas décadas, aunque algunos críticos chinos discrepan y aseguran que en vez de salir se están hundiendo cada vez más en la miseria.

En todo caso, se admite que China está demostrando gran capacidad de innovación y de adaptación a las nuevas situaciones, y sus dirigentes proclaman solemnemente su voluntad de colaborar para una mayor estabilidad financiera, una más justa reglamentación del comercio a escala mundial, y una mejora de la ecología. Pero desde fuera, según el expresidente de Méjico Ernesto Zedillo: "nos empeñamos en mirar a China a través del cristal que acostumbramos en Occidente, al trasluz de nuestros propios valores y experiencias", mientras que ellos, los chinos, ponen el acento en el cambio y la autocrítica, en cómo ser mejores para el servicio a los ciudadanos. Y no es esto lo que solemos oír sobre China en Occidente"

Un gran conocwedor de China, Nicolas Berguen, asegura que "El gran éxito de Chjina en los últimos decenios ha sido su capacidad para cambiar y adaptarse. Si sigue haciéndolo, seguirá creciendo". La economía vasca busca su oportunidad en China. Pero deberíamos darnos más prisa. Por ejemplo, se nos sugiere que todos los hoteles y comercios que busquen clientes chinos deberían dotarse de intérpretes y guías que acogiesen a los visitantes chinos en las mejores condiciones. Tal vez debería hacerse un mayor esfuerzo de inversión en el gigante asiático.

Tal vez tendríamos que promocionar el estudio del chino, dada su importancia como lengua comercial. Tal vez podríamos mejorar nuestra capacidad de acogida e integración de las colonias chinas que se han instalado entre nosotros. Tradicionalmente, los chinos acostumbran a cerrarse entre ellos, a formar sus propias comunidades aisladas del contacto con los nativos, las famosas "Chinatowns" de toda la vida. Un mayor esfuerzo de diálogo ey de intercambios nos beneficiaría a vascos y chinos.