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Mensaje del Partido Popular: Nucleares, sí; Renovables, no

Un año después del mayor accidente nuclear del siglo XXI, el de Fukushima, el Gobierno del Partido Popular, y a la vez de las grandes compañías eléctricas, se empeña en mantener la explotación de la Central Nuclear de Garoña, un reactor idéntico a uno de los más afectados en aquella catástrofe, ya amortizado y obsoleto.

Por otra parte, el Gobierno ha obtenido, recientemente, el respaldo del pleno del Congreso de los Diputados a un Real Decreto que suspende los incentivos económicos a las energías renovables. Tal y como estaba previsto, ha funcionado la mayoría absoluta del PP, a la que se han sumado las abstenciones de los nacionalistas catalanes y vascos, y la de UPyD.

Una más una son dos, lo que nos lleva a  denunciar que el Real Decreto aprobado esconde un mensaje muy claro por parte del Partido Popular: Nucleares, sí; Renovables, No.

Y lo cierto es que estaba en su programa. Aquí sí que no nos podemos llamar a engaño. Ni Mariano Rajoy ni su partido esconden su alma nuclear. Lo que no nos van a hacer es “comulgar con ruedas de molino” y, además,  hacernos creer que lo hacen por nosotros y por rebajar las emisiones de CO2. El PP, que ahora también es el partido de la clase trabajadora para pedir el voto y hacer una reforma laboral contra esa misma clase, nos quiere hacer creer que en materia energética “mira por todos nosotros”.

¿Por qué las compañías energéticas obtienen beneficios récord en época de crisis cuando supuestamente existe un déficit de tarifa de 24.000 millones de euros? Sirva un ejemplo, Naturgas Energía obtuvo en 2011 un beneficio de 136 millones de euros, el doble que el año anterior.

En realidad, el PP defiende –mucho y bien- los intereses de los lobbys energéticos. Otro ejemplo, Nuclenor, dueña de la central nuclear de Garoña, siempre ha sabido que lo suyo era esperar: primero consiguió que el PSOE alargase a 2013 el cierre y, después, lo ha fiado todo a la llegada de los populares al poder en Madrid.

¿Por qué pedimos el cierre de la central de Santa María de Garoña en Burgos? Porque nosotros sí tenemos en cuenta los datos que nunca figuran en los informes oficiales, como que, entre sus costes, no figura la modernización de unas centrales completamente amortizadas y obsoletas para mejorar la seguridad, la gestión de los residuos radioactivos -para los cuales hoy todavía no tienen un plan que no sea enterrarlos en almacenes temporales para que las generaciones futuras resuelvan el problema-, o el hipotético riesgo de accidente o vertido, un riesgo que ninguna empresa aseguradora del mundo está dispuesto a cubrir, porque es sencillamente incalculable.

Por si esto fuera poco, tampoco se toma nunca en consideración la advertencia de los servicios de información antiterrorista que, en varias ocasiones, han hablado de la vulnerabilidad de las centrales nucleares ante un ataque terrorista, señalando que podría ser devastador. Sí, los grandes defensores de la energía nuclear suelen obviar estos detalles u otros, como que en España sí que existe el riesgo de terremotos.

Por contar con noticias recientes, estos días podíamos leer que doce de los 19 reactores nucleares británicos están en "zonas de riesgo" de inundación y erosión costera, según un informe del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra), elaborado a raíz del accidente de Japón, lo que no ha impedido que el Gobierno de Cameron siga con sus planes nucleares e, incluso, prevea la creación de ocho nuevas centrales.

No creo equivocarme si digo que en Euskadi la gran mayoría de la población es antinuclear. Desconozco el tanto por ciento, pero sí sé que el sentimiento mayoritario es antinuclear, como hemos podido comprobar en los pronunciamientos de todas las instituciones vascas durante estos años y en las innumerables manifestaciones, desde los tiempos de Lemoiz y con Garoña actualmente.

Otro mundo es posible, laboral y medioambientalmente, pero hoy el poder en Madrid va en sentido contrario a este ideal, que no utopía. Por eso, la calle, las nuevas tecnologías y el siempre eficaz boca a boca son nuestras herramientas para hacer ese mundo posible.

Alba Gutiérrez es portavoz de la Comisión Permanente de Ezker Batua-Berdeak.