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Anguita, columna en el Bellas Artes

Ante unas 700 personas, que abarrotaron el Salón de Columnas del Círculo Bellas Artes de Madrid, Julio Anguita ha puesto su bagaje político, su coherencia y su honestidad intelectual al servicio del Frente Cívico Somos Mayoría (FCSM). Lejos del tono mitinero, hablando de las "pequeñas cosas que nos inquietan" Anguita ha esbozado apenas la situación de emergencia nacional que sufrimos (desempleo, desahucios, un Gobierno que obedece a los Mercados, el desamparo social...), para asegurar que "hemos de luchar por lo concreto, por lo perentorio, por lo inmediato. Encontremos de manera colectiva, entre todos, un Programa que resuelva los problemas de la inmensa mayoría, dejando a un lado las banderas de cada cual, un programa que haga posible los Derechos Humanos"

Para Anguita no se trataría tanto de llegar al Gobierno - de hecho descartó que el Frente Cívico vaya a concurrir a las elecciones-, sino de enfrentarse al verdadero poder que en España -señaló- se llama Botín, Francisco González (BBVA), la Banca alemana y las multinacionales, entre otros.

Un lamento atravesó la estancia cuando Anguita pintó el difícil panorama de estos tiempos sombríos, a los enfrentó sentido de la justicia, la ética, el coraje cívico y la conciencia social.
"Hoy somos muchos yo, muchos yoes -dijo-, y necesitamos una conciencia social:  el nosotros; otros valores, seres pensantes comprometidos con un nuevo contrapoder organizado, un contrapoder que precisa de actitudes "como la del sereno Gandhi: una fuerza tranquila que va como una locomotora y que nadie puede parar". A la violencia del Estado, contrapondremos nuestra serenidad, y el programa que necesita la inmensa mayoría".

El referente del FCSM desveló en Madrid el pasaje biográfico que le llevó a plantear esta iniciativa el pasado junio en Sabadell. Horas antes de ofrecer una charla -contó-, se encontró fortuitamente con el filósofo Paco Fdez Buey, que ya enfermo y herido paseaba del brazo de un joven que le ayudaba a caminar. "Me acerqué a saludarle, hablamos de la situación España. Y me sorprendió sobremanera que aquella persona cercana a la muerte nos animara a seguir luchando. En ese mismo instante cambié las palabras de mi conferencia. Ahora necesitamos sentir todos algo parecido, para conseguir que la mayoría abandone la comodidad y se rebele. Y se organice. Y luche".