Estatales

Por una democracia participativa en Europa

Fuente:http://tasioliver.eu/

Carlos Paredes es activista y ex-portavoz de DRY, tiene publicados diversos artículos de opinión y análisis políticos en distintos medios, en la actualidad, colaborador de “El Secreto del Olivo”

Europa, como entidad política, no puede continuar ignorando a sus ciudadanos. Existen dos Europas hoy día, la de los grandes capitales, y la de las personas.

Nos abrieron las fronteras a la libre circulación de capitales para que el dinero de los ricos pudiera aprovechar las desigualdades existentes entre los distintos países de la UE, mientras se olvidaban de globalizar la fiscalidad, los salarios mínimos, el acceso a la sanidad o a la educación, y en suma, todo aquello que de verdad interesa a la gran mayoría de los ciudadanos.

Culminaron su estafa con la construcción del todopoderoso Banco Central Europeo, que fabrica dinero para entidades privadas, mientras se le prohíbe que lo haga para las entidades públicas.

La Europa de nuestros días no puede permitirse los paraísos fiscales y la opacidad bancaria, en su propio seno, agujeros negros por los que se evaden las grandes fortunas mientras a los ciudadanos se les piden sacrificios o austeridad.

Por eso, hoy más que nunca, es necesaria una UE donde los ciudadanos cuenten. Debemos abrir los cauces a que los ciudadanos participen en la vida política y los procesos de toma de decisiones, para que los representantes lo sean de verdad, y no sólo de título.

Mientras los pueblos se rijan por falsos representantes cuyo poder emana de arriba a abajo, y no de abajo hacia arriba, mientras el poder financiero prevalezca sobre los derechos de las personas, mientras los derechos de las personas se cuenten por su capacidad económica y no por su condición de humanos, seremos, como fuimos antaño, (puede que como siempre) marionetas en manos de los poderosos.

Por todo ello, hoy más que nunca, hay que apostar por la democracia participativa. Si es cierto que el poder emana del pueblo, hagamos que emane del pueblo de verdad. El empobrecimiento y desaparición de las clases medias, (si es que alguna vez existieron), el aumento de la desigualdad, el paro juvenil, la pobreza, la incapacidad para progresar, serán la marca y sello europeos si los ciudadanos no le ponemos fin y exigimos nuestro derecho, como personas libres, a decidir sobre las normas que han de regir nuestro futuro y el de nuestra descendencia.

Europa no son los intereses de los dueños de sus multinacionales y bancos, Europa somos todos los que la habitamos, cada uno de nosotros, y por tanto, somos nosotros y no otros, los que debemos dar el paso y construir el futuro que queremos. Sin democracia participativa, Europa, pasa de ser un sueño a ser un pesar, un negocio, el negocio de siempre, en manos de la gente de siempre, cuyas consecuencias todos padecemos.

Para que los ciudadanos puedan elegir, para que realmente haya libertad, para que el futuro de unos no se base en aplastar el futuro de otros, debemos abrir los cauces a la participación del pueblo, y que el “pueblo soberano” deje de ser un juego de palabras, y empiece a ser mucho más.