Opinión
Rajoy, Mas, Ardanza
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- Publicado: 24 Noviembre 2014
Artículo de opinión de Honorio Cadarso Cordón
La "consulta" catalana del 9-N que según Rajoy no ha sido ni consulta ni nada de nada, y cuyo figura penal están estudiando los fiscales de Cataluña y de Madrid, por si hubiese motivos para castigar a sus organizadores, ha venido esta vez seguida de una propuesta del exlehendakari José Antonio Ardanza en el marco de una ponencia parlamentaria en marcha dentro de la Cámara Vasca, que busca un nuevo estatus de autogobierno para Euskadi.
A tono con su forma de gobierno en los años 1985-1999, en los que gobernó con una coalición PNV-PSE, el lehendakari elorrioarra cree que la mejor salida a este callejón sin salida en que se encuentran el contencioso catalán y vasco, sería desistir del juego de mayorías y minorías, renunciar a que un sector de la población vasca de credo "abertzale" imponga sus propuestas al sector que se siente más vinculado a España. Ardanza considera que Euskadi es un "país dual" ya que unos vascos sienten que su patria es Euskadi y otros se ven más vinculados a España, una dicotomía que a su juicio no va a cambiar.
"Sin un pacto entre ambos sectores, no habrá solución" zanjó Ardanza, quien también propone este primer paso para Cataluña. Con un pacto así, a partir de un consenso entre todos los ciudadanos de Euskadi, se evitaría el choque de identidades, y el diálogo con el Gobierno de Madrid podría tener resultado positivos.
El razonamiento de Ardanza termina con un aviso a navegantes, de signo alarmista... "Si a partir de ahí no podemos convivir porque alguien quiere imponer o impedir, entonces es cuando las circunstancias se van a agravar".
Tras la propuesta de Ardanza, a la que al parecer ha precedido la de Ibarretxe, y seguirá la de Patxi López, el turno será para el Parlamento de Vitoria.
Uno, ciudadano de a pie, sugiere que ya va siendo hora de encontrar una salida a este callejón sin salida. A lo mejor así estaríamos en mejores condiciones para desatascar nuestro país de esta crisis que castiga tan severamente a la mayoría de la población de Euskadi, de Cataluña, y de España.