Opinión
Señora alcaldesa
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- Publicado: 26 Enero 2015
Artículo de Opinión Honorio Cadarso
Ha tenido que ser una andaluza de nacimiento, la alcaldesa de París Anne Hidalgo, la que nos ayudase a bajar de las altas reflexiones sobre lo de Charlie Hebdo y los 17 asesinatos y pensar más a ras de suelo..
Desde el corazón de la gran ciudad, timonel del barco en que navegan sus 10 millones de habitantes y vigía de toda la Francia republicana, Anne Hidalgo ha dicho que "Se sabe que muchos jóvenes franceses se habían ido a Siria o Irak a luchar por algo que no es la religión, sino la muerte. Ahora nos encontramos con que jóvenes de algunos barrios creen que los héroes son los asesinos. Esa gente que mata no tiene ni fe ni ley. Pero hay que reflexionar".
A este lado del Pirineo, no estamos acostumbrados a considerar a un musulmán como un ciudadano de nuestro país con los mismos derechos que cualquier otro ciudadano. El ideal republicano francés supone que todo francés deja atrás sus opciones religiosas o étnicas para identificarse con la República cuya fuerza gravitatoria es tan intensa que anula los demás signos de identidad.
Los musulmanes y todas las religiones tiene libertad para expresarse y manifestarse en Francia, por supuesto respetando esa identificación con los ideales republicanos...
Ese desapego de la vida, ese culto a la muerte del que han hecho alarde los franceses hermanos Kouachi y Coulibaly viene quizá de algo ajeno a la motivación religiosa.
"Aquí se produce una fractura terrible. Decimos que no existe la identificación por comunidades ni los ghetos, pero es falso. La población inmigrante más allá de la primera generación, sufre la maldición del desprecio, la miseria" explica al francés Haroun Derbal imán de la mezquita del destartalado mercado de las Pulgas de Marsella. Se habla de zonas de esa misma ciudad, que tiene un cuarto de su población de origen árabe, donde el 55% viven por debajo del umbral de la pobreza.
Nada nuevo, nada especialmente original.Vivimos juntos, pero la distancia entre ricos superricos y pobres de solemnidad y sin ningún porvenir es no ya una fractura, sino un cráter , un cráter que es más económico que étnico, el gran problema es la desigualdad".
Por estos lares estamos a años luz de las actitudes de los franceses ante la Liberté, Egalité, Fraternité. Aquí los musulmanes tienen problemas para construir sus mezquitas, difícilmente se les reconocen los derechos de todo ciudadano normal. Bueno sería segjuir el consejo de la andaluza alcaldesa de París Anne Hidalgo:"Hay que reflexionar". Merci, Madame Hidalgo.