Euskadi

Gran participación en la proyección de Magister in Memoriam

De izquierda a derecha, Mauricio Rodríguez Gastaminza, Nekane Rodríguez Gastaminza y Josi Sierra.

“El Alzheimer colectivo es todavía peor que el Alzheimer individual”

“La desmemoria de todos los gobiernos españoles ha sido y sigue siendo especialmente despiadada con las víctimas del franquismo”, fue una de las frases que se pudieron escuchar ayer en la proyección del documental “Magister in Memorian”, dirigido por el profesor Josi Sierra, que se convirtió en un sentido homenaje a los tres maestros alaveses fusilados y despeñados en Urbasa, Mauricio Rodríguez, Bernardino Domingo y Miguel Gil, maestros de Gordoa, Gallarreta y Zalduondo hasta el 9 de agosto de 1936.

En el coloquio posterior a la proyección del Documental participaron el director del mismo, Josi Sierra, junto al nieto y la bisnieta de Mauricio Rodríguez. “No los asesinaron por su ideología, sino por su profesión de maestros, por el miedo que la Iglesia que bendijo la sublevación fascista del 36 les tenía a los maestros, que representaban una educación pública, gratuita, laica y democrática. Les mataron por sus ideales de igualdad, justicia y solidaridad”, destacó Mauricio Rodriguez Gastaminza, nieto de Mauricio.

Entre las sesenta personas que asistieron a la proyección del documental se encontraba Gregorio González, que dio testimonio del asesinato de su aita, Eusebio González Rodríguez, y de la lucha valiente de su madre por conocer la historia el aita, hasta que consiguió reunir “más o menos” un datos oficiales que confirmaron que “estando preso en el penal de Burgos, fue sacado de allí para ser fusilado en la saca del 7 de octubre del 36 con otros 55 presos que pudieron ser enterrados en las fosas de Villamayor o de Estepar”.

Olvidar. Ese verbo estuvo presente en el acto de ayer. “No es lo mismo que te obliguen a olvidar a que tú quieras olvidar lo sucedido. Aquí nos han obligado a olvidar”, indicó el director del documental. “No podemos olvidar lo que no sabemos. Lo que nos ha ocultado porque en el fondo les avergüenza”, dijo uno de los asistentes al acto.

“Este documental y este encuentro organizado por Ezkerra-Berdeak va por los maestros y maestras de la República: esto es lo fundamental. Pero también es un acto contra los organizadores del olvido. Recordemos las palabras del poeta y militante republicano León Felipe “Toda la luz de la tierra / la verá el hombre / por la ventana de una lágrima”, dijo el periodista Julio Flor, presentador del acto.

Al comienzo del acto, la rapsoda Andre Uña había leído unos versos de Marisa Peña, que fueron muy aplaudidos: Mientras me quede voz / hablaré de los muertos / tan quietos, tan callados, / tan molestos. / Mientras me quede voz / hablaré de sus sueños, / de todas las traiciones, / de todos los silencios, / de los huesos sin nombre /esperando el regreso, / de su entrega absoluta / de su dolor de invierno. /

Mientras me quede voz / no han de callar mis muertos.

Se mencionaron, por cierto, los últimos premios literarios, recibidos por el escritor e intelectual antifranquista, Juan Goytisolo (cuya madre murió a causa de un bombardeo franquista en la Barcelona de 1938, cuando él tenía 7 años), como Cervantes de las Letras; y del filósofo andaluz formado en Alemania, Emilió Lledó, último premio nacional de las Letras españolas, quien se ha mostrado a favor de la Memoria Histórica: “El Alzheimer colectivo es todavía mucho peor que el Alzheimer individual, y un país sometido a la falsificación de lo colectivo es un país condenado. En mi opinión, no hay futuro en un país si no ponemos el pasado por delante, para aprender de él".

El encuentro por la Memoria y el Homenaje a las víctimas del franquismo finalizó en la sede bilbaína de Ezkerra con la lectura de parte de la canción de Barricada, dedicada a Los Maestros: “Lo que enterraron no son huesos, sino semillas que van creciendo”, como ayer testimonió la joven Nekane Rodriguez Gastaminza, bisnieta del maestro Bernardino, quien ayer dijo que convertirse en profesora también ha sido un homenaje íntimo a la figura de su bisabuelo el maestro, que tan generosamente se entregó a una escuela rural en la que tenía alumnos de todas las edades, “con lo difícil que tiene que ser eso”.

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